El aliento es vida: La ciencia de la respiración
Autor: Indu Sandhu, practicante de yoga y ayurveda
El aliento es la vida. Podemos vivir durante días sin comida ni agua, pero al privarnos de la respiración morimos en minutos. Por lo tanto, una respiración adecuada es un imperativo para una salud vibrante. En el Ayurveda y el Yoga hay dos funciones principales de una respiración adecuada: oxigenar la sangre y, a través de ella, el cerebro; controlar prana o energía vital, que conduce al control de la mente. Esto se hace a través de Pranayamla ciencia del control de la respiración, ya que ayuda a las personas de todo doshasde las personas, mejorando así su salud física y mental.
Existen tres tipos de respiración: clavicular (superficial), intercostal (media) y abdominal (profunda). Una respiración yóguica completa combina las tres, empezando por una respiración profunda y continuando después la inhalación por las regiones intercostal y clavicular.
Respirar correctamente implica respirar por la nariz manteniendo la boca cerrada, y supone una inhalación y exhalación completas, con lo que se optimiza la capacidad pulmonar. Al exhalar, el abdomen se contrae y el diafragma se mueve hacia arriba, masajeando el corazón; al inhalar, el abdomen se expande y el diafragma se mueve hacia abajo, masajeando los órganos abdominales.
Contrariamente a la creencia popular, no es la inhalación sino la exhalación lo que tiene una importancia vital: cuanto más se exhala el aire viciado, más se inhala después el aire fresco. En la respiración yóguica se hace hincapié en la retención y exhalación prolongadas.
En la inhalación nasal, el aire se calienta y se filtra, maximizando la cantidad de prana que se toma, ya que en la parte posterior de la nariz se encuentran los órganos olfativos, a través de los cuales el prana pasa para llegar al sistema nervioso central y al cerebro.
El estado de ánimo se refleja en la forma de respirar: cuando se está enfadado o asustado, la respiración es superficial, rápida e irregular; en un estado de relajación o de pensamiento profundo, la respiración se hace más lenta. Esto nos lleva a suponer que, controlando la respiración, podemos aprender a controlar nuestro estado de ánimo.